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Cómo amansar o domesticar un Agapornis

Con paciencia y esfuerzo, claro que se puede amaestrar a un agapornis con éxito. Primero, debemos permitir que el agapornis no domesticado aún se acostumbre a su nuevo hogar, por lo menos por 24 horas, de manera que pueda estar seguro de que se le está alimentando de manera normal.

Cuando el ave se acostumbre a que le cambies la comida y el agua sin asustarse ni ponerse nervioso, podrás comenzar a entrar en la habitación donde se encuentre más a menudo, simplemente para sentarte ahí ya sea para leer o hacer cualquiera de tus actividades que no tenga que ver con tu agapornis.

Si se ponen nerviosos solo debes de alejar tu silla un poco, verás que cada día tolerará más tu presencia y podrá realizar sus actividades normales frente a ti como beber, comer, acicalarse, jugar, etc.

agapornis en la mano domesticado

Lo ideal es hablarles en un tono tranquilo de voz, jamás gritarles para que se acostumbren a tu trato amable, pero si ves que les molesta hazlo con una frecuencia gradual hasta que lo acepten como algo natural.

Cuando logres estar lo más cerca posible de su jaula y tu agapornis no tenga miedo de tu presencia ni de tu voz, debes de buscar algo que les agrade como lechuga, manzana, zanahoria, etc. Y ponérselo en los barrotes de la jaula. Hacer esto durante unos días, posteriormente harás lo mismo, pero sin quitar tu mano del lugar.

Cada que te aproximes a su jaula, háblale con voz suave y tranquila para que el ave se dé cuenta de que no estás pensando en hacerle daño.

Inicialmente el pájaro puede retirarse o chillar, huyendo hacia la parte posterior de la jaula, pero su temor se irá reduciendo a medida que se dé cuenta de que no estás intentando atacarlo de ninguna manera.

Cuando el ave ya esté comiendo de forma normal, será necesario avanzar y comenzar con la domesticación. Es importante ser constante y no dejar de darle sus lecciones por tiempos prolongados ya sea de semanas o meses porque lo olvidará todo.

Primera lección

Los agapornis crecen rápidamente, y basan su comportamiento en el inicial adiestramiento. Si no se comienza a domesticar a una temprana edad, puede que después resulte mucho más complicado hacerlo, para hacer las primeras lecciones, elija un área pequeña y que sea muy segura para el ave.

Una bañera puede ser perfecta. Sin embargo, por si el ave pudiera escapar, es importante cerrar la tapa del WB, cubrir el espejo y guardar cualquier artículo venenoso o frágil.

Lleva a la zona de adiestramiento algunas golosinas, la jaula y un palo. Una vez cerrada la zona de adiestramiento, tu agapornis ya estará listo para comenzar a aprender. Empieza abriendo la puerta de la jaula del ave al mismo tiempo que le hablas de forma constante y suave.

Ya que la puerta está abierta, siéntate y continúa hablándole, deja que el agapornis se encargue de la situación. Si tienes suerte, puede que decida salir por iniciativa propia de la jaula, si el pájaro es más tímido, necesitará ayuda para salir insertando el palo dentro de la jaula y sujetándolo en la altura del pecho del agapornis.

Cuando suba al palo, sacarlo lentamente de la jaula y no dejar de hablare suavemente. Una vez fuera, puedes enseñarle a aceptar golosinas de tu mano. Ofrécele algo especial como media uva o un cacahuate pelado. Inicialmente el pájaro podrá tener miedo de acercarse mucho a tu mano, pero con paciencia accederá, continuar hablándole. Ya que acepte la golosina, hablarle con entusiasmo lo alentará.

Segunda lección

La siguiente lección está implicada con mostrarle al pájaro como subirse a tu mano o a tu dedo. Algunos adiestradores recomiendan el uso de guantes para que el pájaro en caso de asustarse no muerda. No obstante, otros expertos señalan que el uso de los guantes solo demora lo inevitable.

Cuando coman de tu mano puedes abrir la puerta de la jaula y dársela directo desde ahí para que vea que la mano no representa peligro, aunque no existan los barrotes.

Partiendo de esto, van a tardar muy poco tiempo en subirse a tu mano para comer, pero es importante que hagas este proceso con paciencia pues si das un paso inesperado que ellos no quieren, vas a correr el peligro de que te cojan miedo, es preferible dejar que ellos tomen la iniciativa.

Mientras que estén en tu mano puedes intentar acariciarlos por la nuca, esto les encanta, pero debes de hacerlo con mucho cuidado y con toda la seguridad de que tu pequeño amigo no se asustará. Especialmente no debes de hacer movimientos bruscos.

Cuando se dejen tocar, no va a ser necesario que sigas usando golosinas, van a acercarse a tu mano en cuanto la metas en tu jaula y puedas comenzar a enseñarles a subirse a tu dedo. Solo deberás acercarlo a su pecho y automáticamente se subirán.

Después de esto, podrás sacarlos de la jaula abriendo la puerta y llamándolos con su golosina preferida en la mano, si no quieren salir, nunca los forces, es muy normal que al principio no quieran.

Cuando salgan podrás darles papeles en blanco para que jueguen con ellos a destrozarlos. Puedes enseñarles también a subirse a tu cabeza, a tu hombro o a tu brazo desde tu dedo. Lo que más les gusta es que tú te conviertas en su medio de transporte, así que paséalo por tu casa en el hombro. Ten cuidado de mantener puertas y ventanas que den al exterior cerradas.

También es importante que no los saques de la jaula hasta que se dejen tocar y se suban a tu dedo, sino no podrás introducirlos de nuevo y tendrás que agarrarlos, algo que no les gusta para nada.

Se trata de un proceso lento que requiere mucha paciencia, todo se llevará al cabo del ritmo que el pájaro marque, no debe de ser con prisa.

El resultado valdrá la pena pues adquirirás la confianza plena de tu nuevo amigo.

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